lunes, agosto 27, 2007

La baraja de Alcides

Cada tres meses Alcides Espinoza se revuelca en la cama haciendo números para pagarle a la Municipalidad de Carrillo la ocupación de su lotecito que no mide ni 500 metros cuadrados. Está a cien metros del mar, desde donde podía ver su bote anclado lleno de abrojo. Ahí ha vivido desde que era un carajillo, ahora es bisabuelo, ya no pesca ni bucea langostas, la pulsea como gato panza´rriba. No entiende porqué debe pagar tanto dinero por vivir en su propia casita, cómo de unos años para acá le aumentaron hasta seiscientos por ciento. "Es que su propiedad vale mucho más ahora", le dijeron en la Muni. Y eso qué? Acaso la estoy vendiendo? Fue lo que Alcides les dijo. "Pero es que si la vende agarra mucha plata" le dijo el funcionario de la Zona Marítimo Terrestre.
Este señor debe pagar anualmente cerca de 400.000 colones ($800), no tiene salario, ni trabajo, se la juega vendiendo pescado en su Hyundai y su casa se cae a pedazos. Ya decidió poner la propiedad en venta, no por el dinero que le puedan dar sino por el que no puede pagar. Alcides está de acuerdo en que le tasen su propiedad una vez que la haya vendido al precio de mercado, si alguien es capaz de darle doscientos mil dólares podrá estar en condiciones de darle a la Muni lo que cobra, pero mientras él viva ahí no podrá dormir como la hacía cuando sacaba ostiones en Playita Blanca, o cuando Zulay lo despertaba a golpe de tortillas palmeadas y el olor a pinto, ya no duerme igual.
"O come o paga", "o vende, o se hunde", "o paga, o pierde su casita", "si vende, dónde se mete?", esta es la baraja maldita de don Alcides.

lunes, agosto 13, 2007

Gallopinto Revolution

“Esta es su comunidad, su península, no la nuestra”, así es como Steve Case (antes dueño de America On Line) ve su inversión en las propias barbas de Playas del Coco, sí, aquí mismo este gringuito hawaiano se trajo en sus alforjas 800 millones de dolarcitos limpios de polvo y paja para meterlos en un solo proyecto. Pero no cualquier proyecto.

Él compró 236 hectáreas de lo que iba a ser una estancia para 7 hoteles y 2000 condominios, o sea, sin desperdiciar un metro, no habría una sola rama para un zanate, “Lo cambiamos dramáticamente. Ahora son dos hoteles boutique y 300 villas. El 80% del terreno no se desarrollará.”
Será Steve Case el superhéroe salvador del Coco y su gente? Será que sólo habla tonteras?
Su idea es simple: integrar a las comunidades y llevarlas hasta los turistas, que conozcan de verdad nuestra idiosincrasia, la valoren, la sientan en sus tripas. Que los turistas pesquen pargo en el bote de Daniel, que buceen con Chabolín, que se abracen con Nogui en el Bohío, que le compren los mariscos a Beto Galleta, que monten en las yeguas de Tobillón, que le encarguen los muebles a Chaguín. Eso es lo que necesitamos!!
Que los hoteles “todo incluido” se coman un cerote! Ese tipo de desarrollo aísla a los visitantes y sólo le dejan plata a unas cuantas empresitas que pagan una mierda de salarios, hasta las propinas se le quieren robar a los empleados.
En la entrevista dada al periódico La Nación (04-08-2007) Steve Case nos infla el orgullo y nos llena de optimismo, su preocupación más grande es la sostenibilidad ecológica, para eso se trajo al nieto de Jacques Cousteau, este desarrollo será el modelo a seguir, será “el mejor resort del mundo”.
Lo primero que hizo al comprar la propiedad fue derribar el gran muro de la entrada, se acuerdan cuando saqué el post del muro? Bueno, tome chichí!!! Por algo su empresa se llama Revolution.
Homosurfus y Steve Case son igualitos, piensan igualito, creen igualito, la única diferencia son apenas ochocientos millones de dólares. Casi nada.




Aquí pueden ver la entrevista completa.