viernes, junio 16, 2006

Río para no llorar (1)....


No crean que este blog se hizo sólo para criticar, o para hacer creer que soy como un limón agrio, no. Pero sucede que las cosas bonitas que pasan en esta ondulada playa, como el Festival de la Arena, el triatlón anual, a propósito, les apuesto que no sabían que tenemos campeones junior de triatlón??? Créanlo o no, tenemos dos campeones, o para decirlo mejor: un campeón y una campeona y además son hermanos, y también son rankeados en los puestos más altos a nivel centroamericano y del Caribe, cómo les queda el ojo??? Son Diego, de 14 años y Emilia de 11, entrenan fuertísimo cada día y sus padres no escatiman esfuerzos en cumplirles sus sueños de triunfo. Más adelante les voy a dedicar sendos reportajes. Decía que hay cosas bonitas que suceden y casi no nos damos cuenta o al menos yo no me doy cuenta. Si sabe usted de algo decente que me he perdido no me haga esperar, no son muchos los días que me quedan por vivir.
Por ejemplo, cuando hay una fuga de agua en la carretera a Ocotal, corre el Acueducto a repararla y de paso rompe el asfalto creando un enorme hueco, que luego reparan y lo dejan de tal forma para que usted y yo juguemos con nuestros vehículos a esquivar el remiendo y así afinar nuestras destrezas en el manejo. Por eso cuando veo que rompen la calle, me acerco y les explico a los del AyA (ayayay!) cómo quiero que lo dejen: con hundimiento o con una montañita, pero por favor que no lo dejen liso, me hacen caso como si fuera su jefe.
Hay otra cosa que siempre me provoca una sonrisa y es ver a los policías en su carrito super reducido, pobrecitos, esto sí que es para divertir a los turistas, me imagino un día una bronca con un alemán o austriaco de 2 metros, habría que adaptarle un sistema al carrito en el techo para amarrar al susodicho por fuera, o llevarlo como una tabla de surf.
También me da cosa la super seguridad del banco (no digo cuál porque sólo hay uno): los vidrios polarizados, la puerta reforzada con malla metálica, el guarda gordo que le pone llave, que adivina cuando vas a entrar y cuando vas a salir, que canta los números como si fuera un bingo, mientras sostiene un arma de grueso calibre capaz de matar un buey, o despedazar una vagoneta, el asaltante cuando va a salir le pide al guarda que le abra y éste con mucho gusto accederá. No quiero imaginarme un día que este guarda le pase las de Michael Douglas en la película Un Dia de Furia, o que encuentre a la doña rebuznando con el otro, llega al banco en la mañana y un cliente molesto le grite: Chivo!! ..... Ojo, que lo de Monteverde se le puede quedar corto.