domingo, junio 25, 2006

La hora de la Marina

Han reducido notablemente los requisitos para la instalación de marinas, tanto como que casi es más fácil que solicitar una patente de pulpería. Viendo el reportaje de La Nación con la marina del Coco en término medio y la agenda legislativa teniendo esto como prioridad (ocupa el lugar 8 de la agenda), da la impresión que sólo faltaría el dinero. Nada más. Quién se comerá el proyecto, dónde irán a meter a los pescadores (pangueros y palangreros), porque sabemos que las dos actividades se oponen, a la marina no le conviene un pescador asoleado cargando bolsas de sardina a la par de su chuzo de $200 mil.
Una de dos o los pescadores se van para Cuajiniquil o el Puerto, o le piden brete a los gringuitos, lo cierto es que sea para bien o para mal el Coco nunca volverá a ser igual con la Marina. El Proyecto no contempla -lógicamente- qué va a pasar con los pescadores artesanales, cómo van a cargar combustible o dónde van a fondear, nos dicen que se verán obligados a invertir en lanchas turísticas y olvidarse de la pesca comercial. Hasta dónde será bueno esto? Qué es mejor: asolearse todo el día para recoger unos pesos apenas para comer o tirarse de cuatro patas en la cubierta de un yate gringo y llevarse una propina de $20 ?