miércoles, mayo 18, 2011

La Disco

La Disco del Coco, como se le llamaba a la Discoteque Cocomar, fue un ícono de los ochentas, cuando Michael Jackson era negro y cuando la Avispa de La Banda nos salía hasta en la sopa, eran los años donde Travolta era doña toda, donde se valía bailar con extravagancia y casi nadie bailaba salsa, entrar a la disco era entrar al mundo moderno, el dj tenía una cápsula espacial y no se comunicaba con ningún mortal en toda la noche, ni siquiera se le podían pedir canciones, Trukis (q.e.p.d) era una celebridad a la altura de Crisitano Ronaldo o Tiger Woods. Esa cápsula no sé de dónde la trajeron, si fue idea de Alfonso Rojas o si fue una copia de algún club neoyorkino. Años después cuando remodelaron la disco la famosa cápsula fue a parar al taller de don Claudio donde Silvano le voló mazo hasta desaparecerla.
La disco del Coco era para nosotros los coqueños como la Torre Eiffel es para los parisinos, nadie se quedaba un sábado en la casa, ni así fuera evangélico o musulmán, muchas veces teníamos que esperar que le roncara el culo a Trukis y abriera la disco, a veces llegaba hasta las 9 de la noche y la fila para entrar era larguísima. Trukis llegaba en su Jeep descapotado, camisa hawaiiana y peinado a lo Elvis, sólo verlo llegar y la gente hervía en adrenalina, pues la fiesta ya era un hecho. A veces la gente llegaba a aplaudir cuando Trukis al fin llegaba y la desesperación se convertía en esperanza, el gurú del placer llegó y no parará la diversión hasta las 2 de la mañana. Eran los años en que todos los coqueños admirábamos a Yaco, ese mae era la reencarnación de Bobby Farrell, lo máximo que parió el Barrio San Martín y sus pasos endiablados y el juego de manos de Yaco simplemente nos daban envidia. Ulises era el dueño de la noche, el atrapa-extranjeras, era uno de los pocos coqueños que hablaba inglés y su porte de Porfirio Rubirosa era una verdadera bomba para las machas noruegas, holandesas, alemanas o gringas. Me acuerdo de Lisset Acevedo y María Angulo que nunca paraban de bailar, yo siempre bailaba con ellas, pues era la forma sana de que ellas mataran la fiebre y yo mi timidez a la pista.
Cuando tuve mi primera novia recuerdo haber bailado Beat It bajo las luces blancas de la esfera de cristal de Trukis, después de la música disco venía el set de las románticas y todos quedábamos en oscuranas. Qué momento! Qué sabor! Hasta me alegraba de respirar los vapores dejados en la pista por el montón de cartagos y extranjeros. Después iba a la barra a pedir una Lift con bastante hielo.
No existían los celulares, ni las computadoras personales, ni crack, ni cocaína, pero mientras existiera ¨la disco¨ no nos importaba cuántos tsunamis podrían ahogarnos.. Cada vez que se acercaban las dos de la mañana ya presentía que Trukis iba a sonar su canción del cierre: el tema de la película Odisea Espacial 2001, no sé porqué escogió este tema para cerrar una noche de lujuria y sudores, pero siempre que la escucho me da una nostalgia salvaje. Trukis con esto decía: se acabó la disco por hoy, todo mundo va jalando!! Y así terminaba una noche más en la disco y otra vez esperar a que el sábado apareciera Trukis con su Jeep y su camisa hawaiiana para ponernos a soñar.
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