Colegio nuevo, y los futuros estudiantes?

Después de sufrir unos meses el tedio de estudiar sobre troncos, en el suelo, sin techo, sin piso, en iglesias, patios y donde se pudiera acomodar un cuaderno, al fin tenemos un cole decente. Que a duras penas logró edificar el contratista, el más barato que licitó, aunque no está totalmente acabado al menos sí es un progreso muy importante para los alumnos. El edificio se encuentra en un lote apartado del pueblo en Barrio Monte Seco que fue ganado en buena lid en una disputa legal que aún levanta roncha.
Lo que un puñado de personas sin interés político o económico hizo realidad merece ser destacado. Y no importa si el colegio no está perfectamente acabado como se veía en la maqueta, pero el estoicismo de los alumnos por mantenerse en clases es de admirar, también. Tenemos una elevadísima deserción, no digamos por falta de oportunidades, sino al igual (supongo) que el resto de las zonas marginales del país nos golpea la falta de valores, desintegración familiar, falta de techo (es increíble el déficit de vivienda popular en el pueblo, simplemente el que no tiene casa está pasando serias dificultades para encontrar alquiler), y por supuesto los ingresos no dan para atender a un estudiante como debe ser.
Sobre el porqué de la deserción, una de las razones puede venir de la escuela. La razón? El hacinamiento. La escuela no da para más, es una bomba de tiempo social, suena escandaloso, pero basta echarse una miradita en un momento de recreo para ver qué tan pequeña y sobreexplotada está esa escuelita. El patio, si le puede llamar así, no es apto para ningún tipo de actividad al aire libre, los niños están en contacto roce, y si le agregamos que el kinder está en las mismas instalaciones tenemos un revoltijo de edades, comportamientos y vocabularios muy diferentes. Yo no sé cuántos alumnos atiende cada maestro, sacando un poco la calculadora no son menos de 30. Puede haber educación diferenciada en semejante cantidad de carajillos desgalillados al mismo tiempo? La escuela necesita un espacio, y bien grande, una infraestructura de verdad y personal, mucho personal. Puede que estemos criando un montón de niños infelices, y necesitemos dotarnos de Valium como indica esta otra nota (ver nota)